PROTOCOLO MARTES 23 DE ABRIL DEL 2010

Iniciamos la clase con la definición de fenomenología de Martin Heidegger de Ser y Tiempo:
“hacer ver desde sí mismo aquello que se muestra y hacerlo ver tal como se muestra desde sí mismo”.
Existe cierta ambigüedad en esta redacción por cuanto, en la visión de nuestro grupo, hay al menos dos interpretaciones posibles, la primera desglosa la definición en dos componentes: “hacer ver”, esta parte tiene que ver con el concepto de LOGOS “desde sí mismo aquello que se muestra”, esta parte tiene que ver con el FENÓMENO propiamente tal. En la segunda interpretación se resalta el “desde sí mismo” como una forma de interacción entre aquel que percibe y el fenómeno en un momento concreto, acentuando de alguna forma la existencia de la relación entre observador y fenómeno. Este análisis, hace emerger la importancia del concepto LOGOS, que dice relación con el mostrarse, esto es hacer ver, pero hacer ver como “traer a la presencia” y esto es nada menos que “traer a la luz en la palabra”. Hay aquí una transformación, “un giro entre mostrarse y ver”.
En la fenomenología de Husserl, lo importante es el acento en la experiencia del aparecer: ¿Cómo es que aparecen las cosas? Para la fenomenología de Heidegger, el cómo, va enlazado con el lenguaje. En este sentido la fenomenología heideggeriana es fenomenología hermenéutica.
En Husserl (en Investigaciones Lógicas, por ejemplo) se parte desde el lenguaje (desde su praxis comunicativa), pero luego va hacia atrás; se retrocede hacia el “cómo del aparecer” tratando de llegar a la forma más pura. Luego de este retroceso, el lenguaje descriptivo husserliano se encuentra al servicio de lo que se muestra (Fenomenología trascendental). Una de las diferencias con Heidegger es que, éste último ve la palabra como aquello que se encuentra íntimamente ligado al fenómeno mismo. (fenomenología hermenéutica). En este punto podemos ver la introducción de nuevos conceptos, pues distinguimos claramente aquello que se muestra, que “es el ente” (descripción óntica), del hacer ver desde el lenguaje, que podemos describir como “el traer a la luz” (descripción ontológica).
También surge el concepto de Trascendental, que en Husserl significa “la esfera que estudia las condiciones de posibilidad de la experiencia y de todo conocimiento posible”.
Podríamos decir que Heidegger, con la investigación en torno a los ejes motivacionales de la escritura mística para descubrir las cualidades íntimas de la vivencia mística (en su juventud), y con su investigación en torno al habla a través del ejemplo de la poesía (ya en su madurez), nos permiten distinguir la dimensión ontológica del LOGOS, implícita en Ser y Tiempo. La metáfora es ejemplo de esto, pues en este caso es el LOGOS el que hace ver la experiencia. Ejemplo: en la poesía mística, se “hace venir la cosa desde la palabra”, es decir, aquello invisible, inconmensurable, casi indescriptible, pero que logra ser mostrado a través de la palabra (en este caso la metáfora de la poesía).
¿Cómo la palabra trae a la luz la cosa?
Husserl describe el cómo de la donación a partir de su método de la reducción trascendental, también llamado “epojé”. Heidegger, desde la fenomenología interpretativa, toma el camino de la destrucción “de las impurezas” o prejuicios articulados en la unidad de la experiencia y la palabra, para ingresar al “fenómeno” depurado. Para Husserl el método fenomenológico, necesita la Epojé, como forma de aislar las visiones previas e incluso la realidad misma (“poner entre paréntesis”). Luego de la epojé (1906), Husserl puede distinguir dos ámbitos correlativos: uno extraño al yo (como unidad de sentido) que llamamos NOEMA y otro yoico, relativo a los actos y protoactos del yo que posibilitan las síntesis noemáticas, que llamamos NOESIS.
Se pregunta por el significado y la etimología de noesis. Noesis viene de la antigua Grecia del vocablo Nous. Tiene relación con aquella luz intuitiva inmediata del conocimiento de las esencias y los principios de las cosas. Lo que en la escolástica se va a entender por Intus Legere. Podríamos decir que es como una intuición comprensora inmediata, es decir, no mediada por ningún concepto, método, o prejuicio. Yo inteligo la esencia de las cosas, el secreto del ser de las cosas, por decirlo así, gracias a que también mi modo de inteligir es naturalmente adecuado al ser de las cosas, y a la inteligencia suprema del ser de Dios. Como todo se encuentra conforme e intencionalmente dirigido a la perfección de Dios, la verdad del conocimiento de las cosas se encuentra fundada. Pero en Husserl noesis va a connotar un nuevo ámbito, el trascendental, el cual muestra la esencia de la conciencia en tanto que conciencia pura, y a su vez como fundamento/condición de posibilidad de las diferentes esencias noemáticas. La noesis, ilumina o constituye objetos (para Husserl objeto es más bien “objeto intencional”, es decir el que comparece ante mí).
La palabra objeto tiene una connotación problemática en la historia de la filosofía porque suele comprenderse como aquello que se encuentra escindido del sujeto, pero para Husserl su significado es más preciso, como se menciona en este párrafo. Podríamos decir que, siguiendo el curso de su significado habitual, desde el punto de vista de la actitud natural, de la psicología empírica, incluso de la psicología descriptiva, tenemos algo así como “objetos”, pero desde el punto de vista trascendental, tenemos unidades de sentido, las cuales puede a su vez corresponder a diferentes niveles de idealidad. Una de las grandes novedades de la fenomenología es situar las esencias como objetos intencionales, lo cual permite su intuición genética correlativa. En la fenomenología, se trata de ir a las cosas mismas. Se trata de NO hacer una división entre lo que está afuera y adentro. Por tanto hay que cuidarse de entender el concepto de “objeto” en Husserl, y no asignarle el significado habitual. Ir a las cosas mismas significa que mi descripción fenomenológica no puede descuidar la unidad compleja de la experiencia. En la experiencia se nos dan las cosas, las vivimos, nos encontramos ya en un entramado de significación y expresión. La fenomenología busca a partir de esta compleja unidad de la vivencia retrotraerse a sus formas puras. Por eso es mejor hablar de unidad de sentido, noema, antes que objeto. Ahora bien, debemos tener en claro que sea unidad de sentido, sea objeto intencional, sea objeto o cosa a secas, estamos hablando de lo mismo, pero desde ámbitos diferentes. La unidad de sentido “esta mesa” no es separable de esta mesa. Yo no me desprendo de la experiencia con la epojé, no me encierro en mi subjetividad, no se trata de un solipsismo, por así decir, sino que pongo mi experiencia natural (desde lo particular hasta las esencias) tan sólo entre paréntesis en cuanto a su tesis de certeza.
Se pregunta por la procedencia del concepto de intencionalidad en Husserl. El concepto de intencionalidad Husserl lo toma de Brentano, quien a su vez lo toma de Santo Tomás de Aquino. Para Brentano, los fenómenos psíquicos son actos dirigidos a contenidos de conciencia, y en este sentido tienen como característica la intencionalidad (in-existencia intencional la llama Brentano). Esto Brentano lo describe en el primer capítulo del segundo libro de Psicología desde un punto de vista empírico, titulado: distinción de los fenómenos físicos y psíquicos.
“Mundo” es visto para la fenomenología como una red de comprensión. No es una suma de cosas unas al lado de las otras, sino la relación interdependiente de las cosas, unas en otras, como un entramado que toma la forma total de “horizonte”.
En la historia de la filosofía las CATEGORÍAS, nos permitían comprender las cosas a partir de las posibilidades que tenemos para hacer juicio de las cosas. Para Husserl además las categorías son a su vez Objetos, pues son intuibles. Él llega a estas conclusiones a partir de su indagación en el lenguaje en la VI investigación lógica. Recordemos que Husserl comienza su trabajo filosófico preguntándose por el origen del concepto de número, y la insistencia en ello lo lleva luego en 1901 a preguntarse por la significación en general.
Se comenta en torno al estadio de la idealidad en Husserl. Resulta sorprendente o inexplicable que los humanos logremos aprender los mismos conceptos (p.ej triángulo, número). ¿Cuál es el origen de esta universalidad?En Husserl la idea es un “objeto puro”, p.ej. triángulo, número.








Comments

  1. Estimado Luis: muy bien tu protocolo. Modifiqué eso sí el formato de tamaño de la letra y el color del subrayado en mis sugerencias.
    Muchos saludos,
    Verónica Arís

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